Por: Andrés Mauricio Soto, Red Simmel -Colombia
Cumplido, hace relativamente poco, un año más de la publicación de la gran Sociología de Simmel (junio de 1908), quisiera dedicar unas cuantas líneas a un aspecto concreto del pensador berlinés con respecto a esta obra: la operación del pensamiento en su construcción. Aquí no me referiré propiamente a una cuestión metodológica, sino a cierta especificidad presente en los capítulos que la conforman. Esta especificidad radica, básicamente, en el hecho de que una gran cantidad de párrafos —e, incluso, capítulos— de la Sociología están compuestos de textos previamente publicados en revistas, periódicos y anuarios; lo que ciertamente se torna interesante para comprender la heterogeneidad implícita en este libro y, a la vez, su estructura y naturaleza.
Es muy interesante observar cómo la edición de la obra completa de Simmel ha permitido tener ahora una visión más integral, crítica y justa de este sociólogo y filósofo. A partir de ella se ha formado una nueva generación de pensadores interesados en el trabajo y las ideas de Simmel; pensadores que tienen, como característica común y general, la posibilidad de construir una imagen mucho más detallada del decurso intelectual del berlinés. He hecho la referencia a este hecho porque, de no ser así, no contaríamos actualmente con una edición en la que se agrupara y organizara la multiplicidad de ensayos cortos que Simmel publicó y escribió en vida; algunos de los cuales, naturalmente, hacen parte de la gran Sociología en su finalidad y contenido.¹
Tal es el caso, por ejemplo, de ensayos y textos como «Sociología del espacio» (1903) y «Sobre las proyecciones espaciales de las formas sociales» (1903), los cuales se convertirían —con modificaciones hechas por el propio Simmel— en gran parte del contenido del capítulo nueve de la Sociología (acápite, por lo demás, dedicado al tema del espacio). Asimismo, es el caso de textos como «Sociología de los sentidos» (1907) y «Sociedad entre dos» (1908). El primero se convirtió concretamente, tras ciertas omisiones y adiciones, en una de las tres digresiones que se encuentran en el capítulo de la Sociología dedicado al espacio y la organización espacial de la sociedad; el segundo, en cambio, fue integrado casi completamente en el decurso del capítulo dos de la Sociología, dedicado a la determinación cuantitativa en el grupo social. Simmel modifica, adiciona, omite y corrige así el contenido de todos estos textos cuando decide incluirlos —como capítulo o, bien, como parte de ellos sean digresiones o meros párrafos— en su proyecto de 1908.
Especifiquemos mucho más uno de los casos anteriores: Sociedad entre dos, publicado el cinco de marzo de 1908 en el diario Der Tag. La particularidad de este texto de casi siete cuartillas está, por una parte, en que la Sociología ya se encontraba para ese mes en proceso de impresión, tal como Simmel lo hace saber en una carta del veintidós de marzo enviado a Bouglé y en la que afirma: «en estos momentos estoy ocupado con la impresión de mi sociología»; por la otra, porque este es integrado —como ya se dijo— casi completamente en el decurso del capítulo dos y porque, al hacerlo, Simmel omite el párrafo inicial o especie de introducción que tiene la publicación del cinco de marzo. En este párrafo leemos:
En el momento que la ciencia sociológica reconoce las consecuencias del hecho de que el individuo no está solo en el mundo, sino determinado por la coexistencia con el otro, puede entonces su mirada no limitarse a las grandes formaciones colectivas que se circunscriben a la ciencia y la política, a la iglesia y el derecho, a la civilización y la familia. Si no es el caso, su mirada debe fijarse en aquellos vínculos más sutiles y efímeros de nuestra vida que, siendo miles, determinan las relaciones que se originan entre persona y persona; vínculos muchas veces olvidados, reanudados y reelaborados, hilos con los que se enlaza la fortaleza y vitalidad interna de nuestra existencia a la del otro (GSG, vol. 8, pág. 348. Traducción libre de mi parte).
Como podemos ver, Simmel omite (o, bien, dado el caso, adiciona [¡!]) la especie de introducción que hace en el ensayo aquí en cuestión. Esta misma situación la podemos encontrar en el texto Sociología de los sentidos, pues Simmel omite también la introducción que hace en el texto de 1907 cuando decide convertirlo —junto a la de la delimitación social y a la del extranjero— en la segunda digresión del capítulo nueve de su Sociología.
Con Sociedad entre dos, nos percatamos además de lo siguiente: la capacidad de Simmel de independizar ciertos contenidos de sus textos y reflexiones a partir de marcos generales que redefinen los intereses de investigación y, con ello, la misma operación del pensamiento. La independencia, dependencia e interdependencia del contenido que sustenta la exposición de un ensayo o libro —y su respectiva idea central: ya sea la de la Sociología, o ya sea la de Sociedad entre dos—, se define a partir del tema de investigación y su marco interpretativo.
En efecto, con la introducción que hace en Sociedad entre dos, Simmel logra plantear un marco interpretativo general —e, incluso, metodológico— que dota a los párrafos siguientes y al mismo texto de un sentido propio; pero logra incluirlo en el decurso general de la Sociología con la omisión de esta y ciertas modificaciones, enmarcándolo de este modo en otro sentido un mismo contenido (textual). Así, en el párrafo siguiente de Sociedad entre dos, leemos:
Como una relación describe su carácter a partir de lo que ocurre precisamente entre dos participantes, experiencias bastante cotidianas muestran cómo, por ejemplo, una empresa, un acuerdo, un mismo destino y un secreto compartido entre dos, unen de una manera completamente diferente a sus coparticipes que en el caso donde se ven involucrados tres o más en ellos (GSG, vol. 8, pág. 348. Traducción libre de mi parte).
En la Sociología, en cambio, después de que Simmel habla del tema de la libertad y especifica la importancia sociológica de los nexos entre dos (personas, grupos, instituciones), encontramos:
En la caracterización de una relación a partir de dos de sus participantes, experiencias bastante cotidianas muestran cómo una empresa, un acuerdo, un mismo destino y un secreto compartido entre dos, unen de una manera completamente diferente a sus coparticipes que en el caso donde se ven involucrados tres o más en ellos (GSG, vol. 11, pág. 101. Traducción libre de mi parte).
La operación del pensamiento de Simmel en el caso de la Sociología logra, por tanto, aprovechar contenidos presentes ya en otros textos suyos y resignificarlos a partir del marco interpretativo y los intereses definidos para dicha obra. En este sentido, los pre-textos de Sociología —esto es, todos aquellos cuyo contenido está de una u otra manera incluido en la obra de 1908— nos muestran una de las especificidades de la operación del pensamiento de Simmel en la construcción de esta.
Pero, además, en su independencia, estos ensayos o artículos también nos pueden mostrar detalles y matices de la obra sociológica del berlinés que no son tan explícitos en su Sociología. Se hace interesante, por las interpretaciones y reflexiones que dicho ejercicio pueda suscitar, la revisión de aquellos textos que antecedieron en cuanto contenido a la Sociología de 1908. Pues ello nos brindaría una imagen actual más precisa de dicho libro e, incluso, una mayor contextualización histórica del pensamiento de Simmel.
Con esto, creo que he logrado destacar una particularidad de la operación del pensamiento de Simmel con respecto a un libro que, con más de cien años de publicación, aún sigue suscitando interés y reflexión en la sociología y ciencias sociales.
Red Simmel :: [ Colombia ]
1. En este punto vale la pena destacar el trabajo de Otthein Rammstedt Historia de la Sociología de Simmel de 1908, publicado en español por la Revista Colombiana de Sociología en 1996. Allí se da cuenta de todos los textos que antecedieron en su contenido a la Sociología de 1908.