Por: Lorena Cervantes Reyes
Toda obra, dice Nietzsche, es una confesión de su autor¹. Pero hay obras que además, por la particular vitalidad que su creador imprimió en ellas, conservan una vigencia, junto con una fecundidad que les permite continuar rindiendo frutos mucho más allá del tiempo y lugar en que fueron creadas. Así es la obra de Georg Simmel. Read More